dilluns, 30 de gener del 2017

No hay que olvidar.


 Nuestras motos han ganado en fiabilidad, son más silenciosas, contaminan menos, son más seguras, han mejorado la estabilidad, frenan más y mejor i, sobre todo, son más suaves de conducir.
 Sí, todo esto son buenos logros pero…¿i las sensaciones intensas que nos regalan las motos antiguas?
 Pocas quedan ya, pero hay en el mercado unas marcas que siguen ofreciendo productos para nostálgicos de todas las edades.
 Si bien es cierto que no todo el mundo está dispuesto a comprarse una moto Ural, Royal Enfield, Chang Jiang…. Sí que mucha gente se deja seducir por su magia  y no puede evitar girarse a su paso e incluso, entablar conversación con el dueño de la moto, por más desconocido que este le resulte.
 Una Ural con sidecar, es la mejor manera de mostrar a un chiquitín como se desplazaban muchas familias en los años 50.
 A menudo, quedan asombrados de este curioso artilugio mitad cochecito, mitad barca pegada a una moto.
  Algunos preguntan a su padre si se trata de dos motos ¿o a caso de una moto y media?
Me encanta descubrir que, en la era  en que la tecnología informática, internet y Face book han invadido nuestras vidas tanto privadas como profesionales, un objeto así es capaz de estimular la comunicación más espontanea de la gente que circula por las calles. Como se entablan conversaciones evocando al recuerdo de un tío o de un abuelo que con su moto con sidecar nos llevaba aquí o allí, en una época que poca gente era capaz de comprarse un coche.
 Brindemos por todo aquello que nos estimula la comunicación de la manera más espontanea y favorece la comunicación directa entre las personas que las grandes ciudades nos han hecho caer en desuso.ar.
 Nuestras mrotos han ganado en fiabilidad, son más silenciosas, contaminan menos, son más seguras, han mejorado la estabilidad, frenan más y mejor i, sobre todo, son más suaves de conducir.
 Sí, todo esto son buenos logros pero…¿i las sensaciones intensas que nos regalan las motos antiguas?
 Pocas quedan ya, pero hay en el mercado unas marcas que siguen ofreciendo productos para nostálgicos de todas las edades.
 Si bien es cierto que no todo el mundo está dispuesto a comprarse una moto Ural, Royal Enfield, Chang Jiang…. Sí que mucha gente se deja seducir por su magia  y no puede evitar girarse a su paso e incluso, entablar conversación con el dueño de la moto, por más desconocido que este le resulte.
 Una Ural con sidecar, es la mejor manera de mostrar a un chiquitín como se desplazaban muchas familias en los años 50.
 A menudo, quedan asombrados de este curioso artilugio mitad cochecito, mitad barca pegada a una moto.
  Algunos preguntan a su padre si se trata de dos motos ¿o a caso de una moto y media?
Me encanta descubrir que, en la era  en que la tecnología informática, internet y Face book han invadido nuestras vidas tanto privadas como profesionales, un objeto así es capaz de estimular la comunicación más espontanea de la gente que circula por las calles. Como se entablan conversaciones evocando al recuerdo de un tío o de un abuelo que con su moto con sidecar nos llevaba aquí o allí, en una época que poca gente era capaz de comprarse un coche.
 Brindemos por todo aquello que nos estimula la comunicación de la manera más espontanea y favorece la comunicación directa entre las personas que las grandes ciudades nos han hecho caer en desuso.